“Llegaste y estaba muriendo”
Mi alarma y su superlatido me trataron de abrir las
pestañas; entre mi bostezo y su éxito, fui al baño a terminar de despertar.
El día insinuaba su encanto por las ventanas y con mi gracia
me adecué a este.
¿Y con qué visto mi silencio?
Regalo - MonoAzul
Trato de sobrevivir con el fiel café mientras suena la sabia
guitarra. Regalo parlotea y con
planetas en el patio, los problemas bajo la piel, no parecen molestar tanto. Yo
y mi bicicleta imaginaria vamos eligiendo las mejores calles, las más
empinadas, esas que regalan el mejor vértigo. Me da escalofríos y atiendo mi
parálisis con un sorbo más.
Otro más y muevo la cabeza.
Había olvidado lo bonita que era esta canción, su finura y
mi suspiro me hicieron recordar caleta de cosas. Las tardes, las mañas y las
magias. Corazonadas del más allá, esas que a veces recibía mamá.
El rasgueo con su apondedip.
La valiosa mirada, algo analítica hacia mis tiempos mozos,
me hacía despertar aún más. “Cuanto te quiero” me dicen los parlantes y yo…
también me anuncio.
Tu Casio PT-31
Los sintes con su conversa, y con mis secos labios pretendo
la mueca de agrado. Sin palabras, que mejor. Dos minutos que me recuerdan algo
gris, la ciudad ataca y ¿Qué hago aquí? Cierro mis ojos y me uno al casio.
Se desfragmenta. Silencio.
Vacaciones
Ahora la propuesta es veloz y asumo mi rol. Este es el
último tema y han sido buenos los minutos. La jornada promete y anhelo
descanso. Vuelvo a mi bicicleta y voy sin parar, contra la masa, contra todos.
Con viento en la cara y la promesa en mi cáscara… pretendo ir a verte.
Puedes escucharlo acá